lunes, 13 de abril de 2015

Pequeñas alegrías


En la biblioteca hay un muchacho que cada ciertas páginas se ríe. Es una risa sincera y corta, esta tan entregado a su lectura que no puede evitarlo, pero cuando hace el ruido se corta al recordar el lugar en el que se encuentra. No he querido ponerme los audífonos, su risa me distrae, pero a la vez me hace sonreír. Lo volteo a ver de reojo, se encuentra de espaldas a mi, así que no hay forma alguna de saber cuál libro motiva su alegría. Algo así pone de buenas a cualquiera, me gustaría acercarme y decirle que me hace feliz, porque no hay nada mejor que saber que alguien muy cerca de uno se encuentra disfrutando entre las páginas de un libro.

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